Preguntaba Sonsoles, al ver que no había ni orden ni concierto, ni patrón o comanda, norma o ley a la que sujetarse, con la esperanza que Pepelu despertara de su resaca, al día siguiente de haber ganado las elecciones –Tranquila Sonsoles, no te preocupes… todo va a salir bien- respondía para tranquilizar a su amada esposa, con este argumento que se cita en las películas cuando él ha de tranquilizarla a ella y no tiene medios para solucionar el problema. En efecto se había dado cuenta que ahora le tocaba a él mandar en este país. Esa mañana del 15 de marzo de 2004, en cuanto se miró al espejo, no quiso ver que ahora era él el responsable de todo. De repente, le salieron canas, se agobió y empezó a pensar en todo lo que se le venía encima. Claro Pepelu, no es lo mismo hacer dialéctica de chiste desde la tribuna y caerle simpático a la gente, que sentarse en la Moncloa y tomar decisiones.
Aquí ha gobernado Calderas, ha gobernado De la Vega y mucho… más que nadie, ha gobernado Pepiño, ha gobernado Chacón, ha gobernado la Trini, ha gobernado Bibiana, Pajín y alguno y alguna más que ha podido disfrutar de su momento de gloria. Lo que le cabrea a Sonsoles en realidad, es que a su marido le gobiernen fuera de casa, porque para eso está ella. La diferencia entre la primera vez que le preguntó ¿Quién manda aquí? y ahora una mañana cualquiera, es que ya Pepelu, no puede decirle aquello de – Todo va a salir bien-. Ahora le toca el turno a otro simpático y agradable personaje, el que gobierna, que sigue sin ser presidente, pero está en todas partes, y que parece sacado de un cuadro de los años treinta. Nuestro amigo Alfredo, tocayo del mayordomo de Batman, y que como él, está siempre cuando se le necesita y lo tiene todo preparado y bien atado.
La diferencia entre Alfred y Alfredo, es el amo de cada uno. Uno sale a hacer justicia nocturna cuando ve que las cosas fallan en el sistema, mientras que el otro… el otro…. ¡Vaya! Ahora no caigo qué hace el otro… Ah sí perdón, el otro es tan generoso con sus colegas, que deja que gobiernen ellos y que sean ellos quienes impartan justicia y demás para bienes. Alfredo ya ha dicho por cuenta propia que manda él, y si Pepelu se calla y no dice ni pío, será que está de acuerdo, o que ni si quiera está por contestar a nada ni nadie. Quien calla, otorga.
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